Life on the edge: Our Story

La vida al límite: Nuestra historia

La vida al límite.

Alberto y yo somos un matrimonio, padres de un hermoso hijo y discípulos de Jesucristo. Jesús cambió nuestras vidas profunda y radicalmente. Y es sólo por Su gracia que pudimos abrir esta tienda, para glorificarlo y difundir las Buenas Nuevas, también a través de artículos de moda y música. Nos encantaría contarte por qué Jesús es tan importante para nosotros, y la historia de cómo Él se convirtió en el centro de nuestra vida después de muchos años de vagar en la oscuridad.


Febrero de 2018


Antes de convertirnos en discípulos de Jesús, no estábamos casados pero vivíamos juntos en una relación romántica desde el año 2013 (esto es algo que la Biblia llama fornicación-un pecado contra Dios). Ambos venimos de un trasfondo católico, así que éramos conscientes de la existencia de Dios, pero no lo conocíamos. Los dos trabajábamos como artistas. Alberto era un baterista profesional que trabajaba en el negocio de la música y seguía la idea mundana de que volverse famoso con mucho dinero y mujeres lo haría feliz... Y todo se hizo realidad -fama, dinero y mujeres- excepto por el hecho de que aún no era feliz, era más como estar en una montaña rusa de emociones incontrolables que algunos podrían llamar felicidad. Y el precio fue depresión, dolor, ansiedad, arrogancia, orgullo y problemas de abuso de alcohol durante muchos años. Y lo que es más, el dolor y el daño que causó a muchas otras personas, desde familiares a amigos y más allá.


Los músicos famosos se convirtieron en ídolos a sus ojos, así que intentó copiar ese estilo de vida. En cierto modo lo consiguió, pero poco a poco fue destruyendo su vida sin darse cuenta. Intentaba convertirse en "alguien" para llenar el vacío y curar el dolor que llevaba dentro. Todos tenemos un vacío y un dolor que llevamos con nosotros desde el momento en que nacemos en este mundo caído. La solución, sin embargo, no puede encontrarse en el mismo lugar donde comienza nuestro problema: este mundo caído. Alberto tuvo que mirar más allá de este mundo y volver sus ojos hacia Dios.


Yo, Giulia, también era artista y bailarina. No me consideraba una pecadora. A mis ojos, los pecadores eran las personas que matan, engañan, beben, fuman, roban y mienten (aunque yo hacía algunas de estas cosas). Pero yo también arrastraba diferentes experiencias desafiantes y dolorosas de mi infancia que me hicieron buscar ayuda para este dolor. Esta búsqueda me llevó a una mezcla de terapias new age y de otro tipo que sólo parecían aliviarme temporalmente. Mientras tanto, mi ansiedad por no encontrar la verdadera paz seguía creciendo en lo más profundo de mi ser.


Todas las cosas que exploré para tratar de resolver mi crisis me llevaron a tener un gran problema con el control, la manipulación, el egoísmo, la brujería, la envidia y las muchas mentiras que me metí en la cabeza. Había intentado superar todo esto con diferentes tipos de meditación, pero sólo empeoraba. E incluso en mi cuerpo, tenía un síntoma tras otro. Es interesante que más tarde descubrí que la Biblia nos anima a meditar en la Palabra de Dios. Eso significa que la meditación es algo activo; meditar en Su Palabra y poner verdades en tu mente para resistir las mentiras. Los otros tipos de meditación que yo practicaba tenían el propósito de "vaciar tu mente". Pero si tu mente está vacía y no está bien cimentada en una base bíblica sólida, es realmente fácil que cualquier tipo de mentira se convierta en el gobernante de tu vida.


Trasladarse a otro país


Fue todo un reto llevar nuestra relación; no había confianza, respeto ni amor real. Pero, por alguna razón, seguíamos juntos. Era casi como si algo nos diera la débil esperanza de que las cosas podrían cambiar. En 2018, dejamos nuestro país de origen, Italia, y nos mudamos a Grecia durante un mes, después de lo cual nos fuimos al sudeste asiático, donde luego permanecimos durante un poco más de un año.


 Bali (Indonesia)


Mirando hacia atrás, vemos que ese periodo fue una época en la que empezamos a comprender que hay algo más en la vida.


También reconocimos que queríamos cambiar algunos de los problemas de comportamiento que teníamos. Nos esforzamos mucho por cambiar, pero parecía imposible cambiar de verdad.


Después de eso, volvimos a Italia con la intención de quedarnos sólo un par de meses, pero las cosas fueron un poco diferentes. Mi padre murió apenas dos meses después de nuestra llegada, de una forma bastante traumática y dolorosa. Poco después empezó la pandemia. Y de repente nuestro mundo y la vida que llevábamos de alguna manera nos parecieron muy extraños y falsos de alguna manera. En ese momento, comprendimos de verdad que tenía que haber algo más; esto no podía ser todo.


En el verano de 2020, nos trasladamos a Portugal y, por primera vez, oímos a la gente hablar de Jesús, de su regreso y de que tenemos que elegir entre el bien y el mal. Eso fue bastante asombroso para mí, y tocó profundamente mi corazón. Sobre todo empecé a sentirme muy mal por haber tenido muchas relaciones sexuales en lugar de esperar al hombre de mi vida. Quería arreglar las cosas, pero no sabía cómo. El único lugar donde creíamos que podíamos encontrar a Jesús era la iglesia católica, así que decidimos volver a ir a misa, con la esperanza de encontrar allí algunas respuestas. Mientras tanto, Alberto me propuso matrimonio, pero seguíamos llevando la misma vida pecaminosa que antes. Incluso un sacerdote nos dijo que las relaciones sexuales estaban bien antes del matrimonio si nuestra intención era casarnos... estábamos muy confundidos.


¡Dios nos salvó!


Gracias a Dios, ¡Él intervino de una manera muy sobrenatural! Era noviembre de 2020 y Alberto estaba ayudando a unos chicos que estaban construyendo una casa en el bosque. Mientras estaba allí, un gran palo tronco de eucalipto cayó sobre su cabeza, lo que le hizo caer al suelo y sangrar. Pensó que iba a morir. Estaba en la cima de una montaña, sin coche y con pocas personas a su alrededor; un desastre perfecto. Los demás empezaron a ayudarle como pudieron cuando en un momento dado sintió que algo no humano le abrazaba, y en ese momento pensó para sí: "¡Dios existe, esto es Dios!". Y Alberto sintió que Dios le salvaba. Se levantó, todavía sangrando, pero pudo caminar. Lo llevaron a casa y me contó lo que había pasado.


Estábamos pensando qué debíamos hacer -ir al hospital o no- cuando oyó, por primera vez en su vida, una voz clara que decía: "Lávate la cabeza y todo irá bien". Me miró y me dijo: "¿Me estoy volviendo loco?". Pero de algún modo sentía una gran paz interior. Así que hicimos lo que decía la Voz y todo salió bien. Dios le estaba hablando. Por supuesto que cuidamos la herida y lo tomamos con calma durante algunos días, pero excepto por un par de horas de dolor de cabeza, ¡estaba bien! ¡Wow! Desde aquel día, Alberto estaba convencido de que Dios era real. No paraba de decir: "¡Dios es real! Ha bajado a salvarme la vida". Estaba súper emocionado, llorando y rezando orando y diciendo que a partir de ese momento sólo tocaría música para Dios. Yo estaba asombrada... Tenía ante mis ojos a una persona diferente.


Respondió Jesús: —Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.”

JUAN 3:5 


A partir de entonces empezamos a buscar más; a buscar más quién es Jesús. Y al cabo de unos meses, ¡por fin conocimos a Dios! Alguien nos predicó el Evangelio y creímos. Nos arrepentimos de nuestros pecados; decidimos dejar nuestra forma de vivir y volvernos a Dios, siguiendo Su camino. Pusimos nuestra fé en Jesús y nos bautizamos en agua para el perdón de nuestros pecados. Ahora estábamos limpios y podíamos recibir el hermoso don del Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad que ahora habita en nosotros. ¡Habíamos nacido de nuevo! ¡Aleluya! Morimos a nuestra vieja vida de pecado, luchas, hipocresía y extravío, y nos convertimos en nuevas criaturas. Nunca en nuestras vidas experimentamos tal libertad. ¿Significa esto que ya no cometemos errores? No. Seguimos cometiendo errores, pero ya no somos esclavos del pecado.


Cuando cometemos errores, nos arrepentimos y seguimos caminando por ese camino estrecho del que habla Jesús, mientras nos dejamos santificar por el Espíritu Santo.


Viajando hacia los Países Bajos, con un hermano en Cristo


Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición y muchos son los que entran por ella; pero estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida y pocos son los que la hallan.”

MATEO 7:13-14 


¡Aleluya! ¡Gracias, Jesús!


 

Esto es para todos


Dios nos llamaba, y nosotros respondimos a la llamada y entramos en su Reino. Cuanto más crecemos en nuestra fé, más comprendemos que este mundo es transitorio, pero tan y que está lleno de tentaciones para hacernos ciegos a lo que verdaderamente importa. La gente cree que es libre, cuando en realidad es esclava de tantos amos de los que ni siquiera se da cuenta. Cuando mientras tanto, en el Reino de Dios, podemos tener un Padre en el Cielo que nos ama y cuida de nosotros.


Poco después nos casamos y nació nuestro primer hijo. Estamos aprendiendo cada día a vivir esta vida y damos gracias por estar rodeados de hermanos y hermanas en la fé con los que podemos caminar y crecer juntos. Nos encanta adorar al Señor, estudiar Su Palabra y alabarle en todo lo que hacemos.


Esta vida es para todos los que toman la decisión de seguir a Jesús y entregar su vida a Él. Dios quiere tener una relación con nosotros y está esperando que usted respondas a Su llamado. Esperamos que nuestra historia te haya inspirado y pueda ayudarte de alguna manera en tu caminar con o hacia Dios. ¡Toda la Gloria a Él!


Amén.


Alberto y Giulia

Un agradecimiento especial a Joel por revisar el artículo

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1 comentario

That’s amazing! I was wondering what your testimony was and can so see God in you. Now it’s so encouraging and beautiful to read the details of how you came to Christ! Hallelujah!!! 😁💙✝️🥳🥳🥳🥳

Jesden Antonjeyakumar

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